Yo ahorro mucha luz
acostándome a las ocho
tras una cena-merienda
y despertando pletórica
cuando el día se me asoma
por la ventana que cubre
una cortina muy mona.
Si quieres sigue mi ejemplo
para no pagar facturas
dignas de un jeque árabe
o de un marqués con fondos.
Ver Tenerife desde sus plantaciones de plátanos es descubrir una isla muy distinta a la isla de fiestas y desenfreno que conocía yo. Fui con mi marido recorriendo las plantaciones porque mi chico quería hacer negocios de plátanos. diariodeunamissculta.blogspot.com |
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